Las hojas y ramas secas, además de darle un aspecto apagado, debilitan a la planta y frenan su crecimiento. Quítale estas partes de la planta que ya no tienen vida, sin hacer daño a los posibles nuevos brotes.
También, es importante pulverizar agua tibia en las hojas de la planta, al menos, una vez a la semana, para quitarle los restos de polvo y suciedad, y evitar así, posibles enfermedades.